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Foto del escritorMaría José Castreje Azuaje

¿Cómo gestionar el hambre emocional?

Como ya hemos visto está bien y es completamente normal comer para aliviar una emoción. En principio esto no constituye ningún problema. El problema viene cuando la única manera con la que gestionamos una emoción es comiendo. En este caso la comida pasa a tapar lo que estamos sintiendo y no impide lidiar con esa emoción y solucionar la situación que la originó.


Es entonces cuando debemos poner manos a la obra e implementar herramientas para gestionar lo que sentimos de una manera más adaptativa y psicológicamente más saludable. ¿Cómo? Sigue leyendo y te lo cuento.

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  1. Identifica si lo que sientes es hambre física o ganas de comer. Normalmente el cuerpo indica, a través de señales fisiológicas, si necesita que le alimentemos. Sentimos un vacío o ruidos en el estómago, sensación de baja energía y dificultad de concentración. Cuando tenemos hambre comemos lo que nos apetece o cualquier comida que pueda saciar el hambre, no hay antojos y el hambre se puede postergar. El hambre emocional, en cambio, se manifiesta como un deseo intenso de comer algo específico (antojo), no se puede postergar y comemos sin control.

  2. Una vez que hayas prestado atención a lo que sientes y hayas podido identificar si es hambre física o emocional, es útil preguntarte cómo te sentirás después de comer eso que deseas con tanta intensidad. Si la respuesta es que te sentirás bien, entonces ¡A comer! No pasa absolutamente nada. Pero si la respuesta es que sentirás un alivio momentáneo y luego culpable y arrepentida (o), entonces conviene parar un momento, respirar, beber agua y hacerte las siguientes preguntas: ¿Por qué tengo ganas de comer sin hambre? ¿Para qué voy a comer algo que me dará placer a corto plazo, pero luego me hará sentir peor que antes? ¿Qué ha pasado justo antes de que me entraran ganas de comer? ¿Qué estaba pensando?

  3. Haz deporte. El ejercicio físico tiene innumerables beneficios para la salud física y mental. Uno de ellos es que ayuda a fabricar hormonas que proporcionan placer psicológico, con lo cual nuestras emociones pueden gestionarse de maneras más adecuadas. Otro es que nos permite desfogarnos y sacar fuera todo el estrés del día a día y nos ayuda a enfrentarnos mejor y con más energía a la rutina diaria.

  4. Duerme. Durante la noche se equilibran las hormonas responsables del hambre y la saciedad, pero para que este proceso se realice correctamente, es necesario tener una buena higiene del sueño de modo que duermas las horas suficientes y que el sueño sea profundo y reparador.

  5. Basa tu alimentación en alimentos frescos y de buena calidad. Come suficientes frutas, verduras, cereales, proteínas y grasas saludables. Los alimentos naturales y frescos te ayudan a mantenerte más saciada (o) durante el día, lo que disminuye la probabilidad de tener antojos y comer sin hambre.

  6. Hidrátate. Beber agua puede ayudar en un momento dado a disminuir la ansiedad, ya que la deshidratación influye en los estados de ánimo, en especial en la ansiedad, en la tristeza y en el decaimiento. Uno de los síntomas de la ansiedad es la sensación de boca seca, por lo que beber agua se puede ayudar calmar ese estado de intranquilidad. Además, con la deshidratación aumenta la circulación de la hormona del estrés: El cortisol, y se ponen en marcha procesos fisiológicos similares a cuando el cuerpo está en una situación de peligro o de inquietud. Hay estudios que indican que una deshidratación del 2,7% puede hacer que tengamos una mayor sensación de tristeza, cansancio y decaimiento.


Si dentro de tu rutina incluyes ejercicio físico, descanso en buena cantidad y de buena calidad, una dieta a base de alimentos saludables, bebes suficiente agua, aprendes a gestionar el estrés y la ansiedad; es poco probable que comas emocionalmente. Si aún así, tienes antojos de vez en cuando, no pasa nada. Come con libertad y date permiso para disfrutar de eso que te apetece tanto comer. A nadie le amarga un dulce ;-)


Y si sientes que tus emociones te superan y no eres capaz de gestionarlas si llenarte de alimentos poco saludables que te dejan el estómago a punto de reventar y la consciencia convulsionada, es momento de buscar ayuda profesional.



María José Castreje

16/08/2021



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