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Foto del escritorMaría José Castreje Azuaje

Ansiedad, ¿amiga o enemiga?

La ansiedad se ha convertido en uno de los problemas de salud mental más frecuentes en los últimos años. De hecho es el más registrado en las historias clínicas de los centros de salud de atención primaria en España, afectando al 6,7% de la población con tarjeta sanitaria, según el informe de Base de Datos Clínicos de Atención Primaria, Sistema Nacional de Salud, de diciembre 2020.


Pero la ansiedad no siempre es negativa, no siempre es un problema de salud. La ansiedad es una emoción necesaria para la vida, al igual que el miedo, nos alerta de una amenaza para poder activar el sistema de respuesta de lucho o huida ante la amenaza percibida. Nos ayuda a recordar mejor el contenido estudiado antes de un examen o a ofrecer una mejor presentación al hablar en público. La ansiedad nos prepara para estos momentos.


Te preguntarás: ¿Cómo es posible si siempre se ha dicho que la ansiedad es una emoción negativa? La respuesta es sí y no. La ansiedad en si misma no es negativa, es una respuesta emocional normal ante ciertas circunstancias y suele desparecer cuando la situación que la ha provocado desaparece. El problema radica cuando permanece aún después de que el estímulo que la causó ya no está presente. Es entonces cuando la ansiedad se vuelve patológica y es necesario el tratamiento terapéutico. En los casos en los que la ansiedad interfiere con el adecuado funcionamiento de la persona en algunos o todos los aspectos de su vida, es decir, cuando ya no puede dormir o duerme demasiado, cuando se ve afectado el apetito (come demasiado o muy poco), cuando ya no puede trabajar ni funcionar dentro de su círculo social y familiar, cuando es tan intensa que la persona piensa que morirá o enloquecerá, es conveniente considerar la medicación como un tratamiento que acompañe a la terapia. Está demostrado que el mejor abordaje para la ansiedad es la combinación de terapia de corte cognitivo-conductual y tratamiento farmacológico.


Podemos concluir, entonces, que la ansiedad es tu amiga y tu enemiga. Si sientes un poco de ansiedad, pero se te pasa una vez que ya no estás en la situación que la generó, no tienes nada de qué preocuparte. Pero si estás sintiendo que tu ansiedad persiste en el tiempo, que cada vez es más intensa o que está limitando tu capacidad para funcionar adecuadamente en tu vida diaria, es el momento de buscar ayuda.


Psi. María José Castreje

19/0/2021






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